Cercas distingue entre nacionalpopulismo y fascismo (25-VIII-2024).

Cercas distingue entre nacionalpopulismo y fascismo (25-VIII-2024).

La noticia.

Cercas, Javier. El nacionalpopulismo no es fascismo: es peor. “El País” Semanal 2.500 (25-VIII-2024). [https://elpais.com/eps/2024-08-25/el-nacionalpopulismo-no-es-fascismo-es-peor.html#] Quienes asaltaron el Capitolio en 2021 nada tenían que ver con con quienes asaltaron el Congreso de Madrid en 1981.

 

El comentario.

Notable artículo de Cercas, con un intento interesante pero algo forzado de distinción entre fascismo y nacionalpopulismo, en el que muchos politólogos no estarán de acuerdo.

La entradilla ya disuena: dice que quienes asaltaron el Capitolio en 2021 nada tenían que ver con con quienes asaltaron el Congreso de Madrid en 1981. Pues yo discrepo, puesto que ambos eran de ultraderecha, eran enemigos de la democracia parlamentaria y usaron la violencia. La diferencia es que los de 1981 soñaban con una democracia franquista y los de 2021 con una democracia trumpista.

Me parece un error no contemplar que el fascismo no detestaba la democracia a secas, sino que pretendía imponer una "democracia fascista", en palabras del mismo Mussolini; los teóricos nazis elucubraron con una "democracia nacionalsocialista"; el franquismo elaboró una doctrina de "democracia orgánica"; y los neofascistas actuales, del estilo Orbán o Putin (y en realidad también su aliado Maduro), proponen una "democracia iliberal" y se proclaman como los auténticos demócratas. El enemigo común de todos ellos no es la democracia (entendida como poder del pueblo) sino la "democracia parlamentaria o liberal", que desean sustituir por un régimen que se proclama del pueblo pero gobernada por un líder autoritario o un partido que representan a ese pueblo de un modo mejor que los votos de los ciudadanos.

Pasando a la solución en Cataluña, la idea de Cercas es no pactar con el nacionalpopulismo catalanista. Muchos, en cambio, opinamos que debemos dialogar con los contrarios a fin de ganar en la convivencia, pues el diálogo desde los griegos antiguos es la esencia de la democracia, con límites muy claros, como son el acatamiento de la ley, y el respeto tanto a las mayorías como a las minorías, en lo que Cercas muy bien señala que los independentistas fallaron en 2017.

Puede que esta amnistía sea vista como un error dentro de unos años, o que el posible (y difícil) acuerdo de "financiación singular" para Cataluña funcione o que, por contra, sea un desastre, pero merece la pena debatir un modelo que garantice la suficiencia del Estado de bienestar en Cataluña y en España, siempre con solidaridad de los ricos con los pobres. Porque hemos de reconocer que el modelo de financiación de 2009, que era solo temporal hasta 2014, caducó sin que después nos hayamos puesto de acuerdo en una alternativa, y que su fracaso erosiona a nuestra sociedad en vivienda, empleo juvenil, justicia y muchos más problemas, agravando la desafección de millones de españoles hacia la democracia, como ocurre en otros países occidentales en crisis, insuflando apoyos a la extrema derecha.

¿La propuesta de Cercas es que todo siga igual? Creo que no, porque le reconozco una ética política elevada. Deseo que pueda aceptar, él y todos los ahora contrarios a un entendimiento con los catalanistas, que es urgente dialogar y encontrar soluciones, aunque no sean perfectas.